En el afán de ser más productivas cada día, las empresas han ido incorporando el pensamiento esbelto, o la manufactura esbelta a su cultura. Esto quiere decir que mediante varias herramientas buscan, identifican y reducen desperdicios o cualquier acción o proceso que no general valor para el cliente final. La manufactura esbelta surgió en los años noventa a raíz de que TOYOTA necesitaba ser mas competitivo. Dentro de la manufactura esbelta se identifican 7 desperdicios: Inventario, Transporte, Espera, Sobreproducción, Defectos, Movimiento, Sobreprocesaimiento. Sobre ellos se ha escrito mucho en los últimos años y hay diferentes formas de reducirlos.
Además de estos siete desperdicios, en los últimos años, se habla también del octavo desperdicio: el talento no utilizado. Y es que el recurso humano ha estado subvaluado por mucho tiempo y es recientemente cuando se empieza a vislumbrar el gran potencial que tiene si es gestionado correctamente.
Talento es la aptitud o inteligencia para realizar algo, y es muy probable que las personas alrededor nuestro en la empresa tengan mas capacidades que las que normalmente desempeñan en su puesto de trabajo.
¿Cómo identificar si se está desperdiciando el talento?
No usar la experiencia, habilidades o creatividad. Conocer la experiencia y contexto del que vienen las personas que laboran en la organización puede ayudarte a identificar si alguien tiene la habilidad para solucionar un problema por el que tú estás pasando. Tal vez algún empleado ya vivió alguna situación crítica en la empresa donde laboraba anteriormente y puedes aprender de él; tal vez hay un puesto de trabajo que estás buscando llenar con personal externo cuando en tu equipo ya tienes gente con la capacidad cubrir ese puesto. Además, exponer los retos y problemas al equipo puede detonar su creatividad para resolverlos.
Falta de empoderamiento.
Empoderar a tus colaboradores, es decir aumentar su participación en las decisiones y acciones claves confiando en ellos, ayudará a que usen y desarrollen su talento. Nuevas mentes y puntos de vista pueden proporcionar ideas frescas a la solución de problemas o al incremento de la productividad.
No sugerir ni proponer nada. El ambiente de trabajo debe propiciar la participación de todos mediante sugerencias y propuestas. Un buzón de ideas y mejoras en donde las personas puedan anotar sus propuestas es un buen paso para empezar. En las juntas, se puede preguntar abiertamente a las personas que sugieren y analizar sus respuestas.
Actitud de “Ese no es mi trabajo” Bajo esta actitud se desarrollan las personas que pueden y saben completar una actividad pero NO quieren. Es importante observar y determinar si es una mala actitud de la persona o si es un mal general provocado por un liderazgo deficiente que castiga la innovación y la iniciativa. Las personas en la empresa debe tener muy claro cuál es el objetivo final conseguir para que con base a eso puedan ayudar a otras áreas de la organización que lo requieran y lograr la meta en común.
Falta de entrenamiento. El entrenamiento y la capacitación son las mejores maneras de aprovechar el talento de las personas, pues les ayuda a desarrollar sus habilidades, a ganar confianza en sí mismos.
¿Necesitas ayuda para capitalizar mejor el talento en tu empresa? Escríbenos a info@cdlr.com.mx